7/16/2018



Bajamos la calle      nuestros pies fríos
Por la nieve      y la radio
La canción de temporada el humo de los autos      la tarde
Las caudas de hielo en las cornisas se fraguaron toda la noche
Escucho
Un ronronear y creo que es mi pecho
Bajamos
La banqueta angosta nos obligó a tomarnos de la mano
A hacernos promesas
A abrazarnos para cruzar al otro lado a la plaza a la vieja ciudad      la nieve
El adoquín que pisábamos llegó antes que nosotros
El griterío la charla esa música su follaje de terciopelo en las tabernas      también
Ya estaba todo antes que nosotros      y hemos visto partir a los amigos
Hemos visto llegar los autos blindados con los nuevos farsantes
El frío lo aclara todo por más que la nieve le ponga su nombre a la ciudad
Todo es blanco      por un instante
Todo es nuevo      por un instante
Pero cuando la noche impone su cuerpo las verdades simples prevalecen
Miramos nuestro abrazo nuestras bufandas nuevas en un aparador y sonreímos     
No para una selfie
Para recordarnos      la nieve en los toldos     
Las promesas    

Veo la sombra que vio Sadeq Hedayat
Aleteos negros llamándome    
Y me dicta
Un árbol de velos desolados      de sangre 
Ramas de lumbre      una espalda     
De hombre
Un sonido      instrumentos de cuerda
Trepan contra la cima de un vientre
Y qué importan      las nuevas maquinarias
Abajo se pudren adolescentes arrancados al campo de fútbol
Muchachos perfumados de tarde de domingo
Mujeres
De todos los confines
Qué importan las grandes expectativas
En donde pises los encontrarás
Naves de calcio
Fémures
Xifoides
Verás a los buzos volver del lodo      y un muslo de esposa
Un brazo de hermano
Un cráneo de hijo  
Aleteos
Penachos negros de plumas aceitadas
Bosques de polvo
Hojas de lumbre negra creciéndole a mi carne

El aire limpia la soledad      del pavimento     
Los neumáticos dejaron su impronta
Casi la noche pero aún      algo de bermellón que reverbera
Los abrigos cerrados      y las boinas      
Los vasos térmicos      
Audífonos
Senos arrebolándose
Invierno de córneas limpias atraviesa la calle     
Un tendedero de risas se lía con el tráfico
Lomos de desazón en callejones dormitan
Medusas de vaho azul en los cruceros se esponjan
El aire
Con su pecho robusto empuja      a los abismos
Esa espalda que habita      exhausta
Los pretiles

Esa fronda de niebla     
Doliéndose del ácido
Con su luz de medusa      secándose     
En el cielo
Es un lomo de vaho
Un vientre de fantasma 
Un descanso de vértebras lisas      agua ausente
Esa fronda      la carpa
Es piel      que se descose
Ya se cae como un techo de hierba a los arroyos
Pesa
Corta su cáscara el sol de su alarido
Sepulta los despojos
Bajo el yeso y la duna

LUIS JAVIER ALVARADO  

2/28/2018




(De la serie Tú adentro en la costilla. Verano de 2013)

Éramos como los hombres de siempre
Meteoros
Forasteros
Trenes de arena quemándose a la orilla
Simios de nadie urgiendo nuestros falos
Teníamos días libres
Y bebíamos
Nos levantábamos del comedor dejando a medias el almuerzo para abrazarnos otra vez
Mirar por la ventana la ciudad
Llorábamos a solas el uno por el otro en medio del tumulto
Petrificados en la escalera eléctrica que nos llevaba a nuestra muerte
En la caminadora del gimnasio
En el taxi
La vida de la calle resultaba inocua
Llorábamos en todas partes como soldados viejos que escupen su armisticio
Como presentadores de tv bajo el asedio de la sorna
Pero al anochecer
Mientras preparábamos el café y la cena
Nos abrazábamos de nuevo          como los hombres de siempre

Luis Javier Alvarado